Llevamos ya mediado el mes de septiembre, y aún nos queda la añoranza de las últimas vacaciones.
Para salir de este estado de semi-postración nostálgica, nada mejor que una inyección de vitalidad, como la que recibimos en vena este fin de semana, acudiendo a ver «The Hole» («El Agujero»).
Una curiosa mezcla teatralizada de monólogos + funambulistas + erotismo + copas, todo ello aliñado por la inmarcesible «Terremoto de Alcorcón» como maestra de ceremonias: Una mujer que con su gracia mitad populachera y mitad divina, y con sus constantes guiños a los referentes tópicos locales (el Athletic, el euskera…), supo meternos a todos en su bolsillo.
Y es que cuando hay ganas de divertirse, la cosa funciona. Porque, por mucho que la vuelta de vacaciones sea en cierto modo «volver al agujero», lo importante es tener ganar de pasarlo bien. Y de eso, entre el público de The Hole, había en abundancia.
Yo diría que es imprescindible no quedarse en casa. Hay que salir, salir, salir….