Existen hábitos antiedad, que nos rejuvenecen por dentro y por fuera. Para frenar el envejecimiento hay cosas que podemos hacer a cualquier edad: practicar deporte con regularidad, llevar una alimentación adecuada, una actitud positiva ante la vida,… que no sólo preservan tu salud, sino que te hacen sentir bien, ser más feliz y tener un aspecto más sano. ¿Te apuntas?

Vigila tu dieta: comer demasiado o mal envejece. Lo que comes a veces puede estar cargado de gran cantidad de radicales libres (oxidantes que aceleran el envejecimiento), o pueden provocar que se produzcan en tu cuerpo con más facilidad. Aprende a cocinar y come muchos vegetales. Limita los azúcares añadidos. Evita las toxinas, no fumes, limita el alcohol, la contaminación…

Una mente sana para una actitud positiva.

Aunque nuestras neuronas no se regeneran como el resto de nuestras células, sí pueden crear nuevas conexiones a lo largo de toda la vida. Mantener una mente inquisitiva, aprender cosas nuevas, tener experiencias gratificantes, ser feliz, ayudará a cuidar ese órgano llamado cerebro.

Por suerte, el mismo estilo de vida que mantiene el la mente en forma también ayuda a dar vitalidad al cuerpo. «Mens sana in corpore sano«.

Vida social es salud emocional

Somos primates, un grupo de seres sociales, capaces de sentir y compartir emociones. La capacidad para mantener buenas relaciones familiares, de amistad, el sentimiento de pertenencia al grupo, son factores importantes en la calidad de vida.

Ya lo sabes: es posible retrasar el reloj de nuestro ADN, puedes frenar el envejecimiento con hábitos de vida saludables.