El estudio más amplio jamás realizado y recientemente publicado en el Clinical Psychological Science Journal sobre los efectos psicológicos a largo plazo de la cirugía plástica, demuestra que los pacientes que se somentieron al tratamiento para modificar su apariencia experimentan una sensación de disfrutar más de su vida, satisfacción y autoestima.
Se investigó si los pacientes que se someten a cirugía plástica son sistemáticamente distintos del resto de las personas, qué objetivos se plantean antes de la cirugía y si los logran con posterioridad a ella.
El deseo de lograr una mejor apariencia por razones estéticas a menudo se presenta en individuos jóvenes con rentas ligeramente por encima de la media. Las mujeres representan el 87 % de todos los pacientes que optan por la cirugía cosmética. En general, no se detectaron diferencias significativas entre los tres grupos estudiados en términos de variables psicológicas y de salud, tales como la salud mental, satisfacción vital y tendencias depresivas.
Los psicólogos pasaron un test denominado Escala de Consecución de Logros a los pacientes antes de la intervención, así como tres, seis y doce meses después de la misma. De media, los pacientes afirmaron haber logrado su objetivo y estar satisfechos con los resultados a largo plazo. Comparado con individuos que habían decidido no operarse, los sometidos al tratamiento se sentían más sanos, menos ansiosos y habían desarrollado una mayor autoestima, considerando su zona operada y su cuerpo en general más atractivo. No se observaron efectos adversos. Por tanto, el estudio establece un alto nivel de éxito en el aspecto psicológico de la cirugía plástica.