Esta vez, inspirados por una fría tarde de invierno, hemos aprovechado para que los más pequeños vayan aprendiendo lo que es bueno.
En el precioso Teatro Campos Elíseos de Bilbao, hemos asistido con nuestro tercero, de 9 años, a una versión para críos de “La Flauta Mágica”, especialmente adaptada e interpretada para que la gente menuda pueda ir introduciéndose en lo que es una representación de ópera.
El genial Mozart, tan inspirado y sublime pero tan eternamente joven (murio a los treinta y pocos años) no podía haber sido mejor elección en esta ocasión.
Los actores, profesionales de la ópera, supieron estar a la altura (podríamos decir “a la bajura”) de su público, aportando no sólo sus dotes líricas sino también buenas dosis de humor y de simpatía, que les acercaron a la chavalería, consiguiendo un rato entretenido y a la vez muy instructivo.
Así da gusto aprender.