No viene mal regresar de vez en cuando a nuestra infancia.
Aunque sólo sea por un par de horas.
Con el pasar de los años, parecemos perder la capacidad de sorprendernos, de asombrarnos. Así, irremisiblemente, el niño que todos llevamos dentro va quedándose dormido.
Volver al Circo es una de las formas más cabales de recuperar ese instinto «básico», entre curioso y creativo, que observamos en nuestros hijos, pero que nunca deberíamos permitir que se extinguiera en nosotros, los mayores.
KOOZA es una experiencia verdaderamente vivificante.
Se trata del último espectáculo del multinacional «Cirque du Soleil», que aterrizó en Bilbao poco antes del verano.
En KOOZA se mezcla el sabor añejo de un espectáculo mágico y centenario, con un concepto de historia multiargumental y poliartística, todo aliñado con una tecnología escénica de vanguardia, para poner ante nuestro ojos, y ante lo más escondido de nuestras almas, una realidad ilusionista que nos devuelve al olvidado asombro de nuestra infancia.
Estuvimos disfrutándolo toda la familia, con los ojos como platos y la boca abierta.
No quería dejar de dedicarle este comentario en mi Blog, porque si tenéis ocasión de verlo, (están constantemente de gira por todo el mundo) os lo recomiendo muy de veras.