Envejecimiento, un concepto que nuestra sociedad rechaza y estigmatiza. Y, sin embargo, ¿acaso no puede ser visto como una época de crecimiento…? ¿no envejecemos desde el momento en que nacemos?
El envejecimiento es un tema central en medicina estética. La última lucha por combatir los efectos del primero, manteniendo un equilibrio necesario y sutil entre la efectividad de sus esfuerzos y la naturalidad de sus resultados.
En España, la esperanza de vida ronda los 80-85 años. Una tercera parte de la vida de una mujer se desarrollará, felizmente, durante y posterior a la menopausia. Es fundamental que tanto hombres como mujeres se preparen tanto física como psicológicamente para esa etapa de la vida, asumiendo el proceso de envejecer con naturalidad, alta autoestima y recibiendo cuidados expertos y adecuados.
Envejecimiento: un proceso de múltiples facetas
- La edad hace que se deterioren los procesos celulares en la piel. Menos colágeno y elastina, menor protección frente al sol y los elementos y aparición de manchas. Es fundamental tratar toda la piel, con tratamientos despigmentantes, eliminando venitas dilatadas y proporcionándole un aspecto más uniforme y luminoso.
- Es importante no perder de vista el efecto global: no conviene centrarse solo en labios, pómulos o arrugas de expresión. Lo mejor es tratar varias zonas a la vez, con tratamientos no permanentes que se adapten al proceso de envejecimiento individual.
- En esa línea, es interesante emplear tratamientos contra las arrugas de expresión (botox) relajando moderadamente los músculos que las producen para no perder naturalidad, combinándolos con rellenos en el tercio superior y medio de la cara para recuperar volumen (ácido hialurónico, hidroxiapatita cálcica, ya existentes en el organismo), mientras aplicamos técnicas de tensado en el tercio inferior (hilos tensores reabsorbibles).