Estar a dieta significa, para la mayor parte de nosotros, renunciar a alimentos que nos gustan mucho. Frecuentemente, la tentación más grande son los carbohidratos, lo dulce, en forma de pasteles, helados, chocolate… algunos incluso sueñan con ellos.
¿Por qué estamos tan enganchados?

El motivo no es nuestra falta de fuerza de voluntad. No debemos culpar a nuestra personalidad. Se trata de la química en nuestro cerebro. Es ahí donde se producen los neurotransmisores que regulan esas ganas irrefrenables de dulce, y la respuesta placentera que se produce al tomarlo.
Por ese motivo, cuando nos encontramos tristes, disgustados y hemos tenido un mal día, surgen los antojos de carbohidratos, aunque ya hayamos saciado el hambre y hayamos seguido nuestra dieta al pie de la letra todo el tiempo.
Los culpables de saltarnos la dieta se llaman dopamina, serotonina y betaendorfinas, se producen en el cerebro sano y tienen una gran importancia en nuestra salud física y mental.
La serotonina se fabrica en nuestro cerebro a partir de un aminoácido esencial que obtenemos de las proteínas, el triptófano. La ingesta de azúcares provoca que se libere serotonina, relacionada con la sensación de tranquilidad y el bienestar.
Además, los azúcares provocan una reacción similar a la de las drogas en nuestro cerebro. No solo el azúcar sino que también otros carbohidratos muy procesados, como cereales, dulces o bollería, aumentan rápidamente la cantidad de glucosa en sangre con el consiguiente aumento de dopamina y betaendorfinas.
Tomar azúcares activa las mismas áreas del cerebro que la nicotina y otras drogas, produciendo sustancias químicas tales como la betaendorfina relacionada con la euforia y una menor capacidad de sentir el dolor que hace que las personas sientan un antojo casi incontrolable de ingerir más dulces.
La dopamina actúa sobre todo a nivel emocional, de ahí la búsqueda ansiosa de algo dulce, los atracones y el consumo descontrolado de estos alimentos aún cuando nos hayamos propuesto disminuirlo o evitarlo. ¿Quién no ha dicho ¡ahora que estoy a dieta se me antoja comer chocolate más que nunca!?
¿Se puede controlar el consumo de azúcares?
Estas que hemos visto son las principales sustancias que se producen en nuestro cuerpo al ingerir azúcares y que hacen que nos guste tanto y sea difícil prescindir de ellos. Para disminuir el azúcar de nuestra dieta y controlar esos antojos dulces os recomendamos estos consejos:
1. Reducir lo más posible la cantidad diaria. La OMS aconseja no tomar más de 25 g al día, lo que equivaldría a una cucharada sopera, pero controlando porque gran parte de los azúcares que consumimos habitualmente no es en forma de azúcar de mesa, sino que muchos están presentes en preparaciones, incluso saladas, como potenciadores del sabor (salsas, marinados y adobos, fiambres, conservantes y un largo etcétera). Por ejemplo una cucharada de kétchup contiene cuatro gramos de azúcar o una lata de refresco que puede llegar hasta los 40 gramos.
2. Seguir una dieta equilibrada ayudará a superar la falta de azúcar. Alimentos como las nueces, yogurt, frutas, verduras, aceitunas ayudarán a superar esos atracones de dulce.
3. Cambiar los hábitos. Si los antojos de dulce están relacionados con una hora del día o una situación en concreto, hay que tratar de distraerse en esos momentos con alguna que otra actividad hasta que el deseo pase.
4. Cuando seguimos una dieta para adelgazar, asegurarse de ingerir alimentos de bajo índice glucémico para evitar las ansias de dulce y los atracones causados por los picos de insulina y la secrección masiva de estos neurotransmisores en nuestro cerebro.
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