Cejas finas, con calvas, asimétricas, caídas…
Tener la suerte de nacer con unas cejas bonitas y que enmarquen adecuadamente los ojos, resaltando la mirada es el sueño de muchas mujeres y de no pocos varones.
Las modas han hecho estragos en muchas miradas. Algunos han sucumbido al peligro de dejarse llevar por la estética de Marlene Dietrich para eliminar totalmente el vello de sus cejas, para luego tratar de redibujarlas con mano temblorosa y un lápiz de color sorprendente. No todos tenemos dotes de maquillador profesional.
Ahora estamos de vuelta de esos excesos, y admiramos las miradas poderosas que sus pobladas cejas dieron a mujeres como Frida Kahlo, Joan Crawford, Brooke Shields, Salma Hayek o jovencísimas modelos como Cara Delevingne. Las cejas pobladas de Groucho Marx, descaradamente falsas y juguetonas también nos han gustado mucho. Lo cierto es que interpretamos este rasgo facial como un signo de personalidad fuerte, de independencia y de espontaneidad.
Por fortuna, y al contrario que otros rasgos faciales, las cejas pueden modificarse sin apenas esfuerzo para armonizar el rostro y rejuvenecer la mirada. Solo es preciso entender qué diseño de cejas necesitamos y cómo conseguirlo.
En general, cada rostro es diferente, y requiere un estudio individualizado. El color del pelo, los volúmenes faciales y el estilo de cada persona marcarán lo que le queda mejor. Unas cejas «naturales» y algo más espesas transmiten frescura y juventud, mientras que unas finas y muy bien delineadas sugieren perfeccionismo, pulcritud y pueden llegar a envejecer.
Cuando nos ponemos en manos de un asesor estético para recuperar las cejas con micropigmentación la elección del color suele ser una cuestión muy importante. Salvo en rubios nórdicos, el vello de las cejas es naturalmente más oscuro que el cabello, y es algo que hay que respetar para que la mirada gane expresividad. Antes de iniciar el tratamiento, se debe realizar una sesión de visagismo para que el paciente vea el efecto del diseño de cejas y el color adecuado. Los pigmentos elegidos deben ser naturales de modo que no cambien de color con el paso de los meses.
Cuando todavía hay cejas…
Con el paso del tiempo las cejas se van despoblando, y en ocasiones se producen calvas, por exceso de depilación, estrés o por cicatrices. En otras ocasiones son los tratamientos médicos, en especial los oncológicos, los que hacen que las cejas desaparezcan total o parcialmente. Cuando la desaparición del vello es total, y hasta que cese el tratamiento y se regenere, siempre existe la posibilidad de emplear prótesis capilares. Son fáciles de poner y quitar, duraderas y respetuosas con la piel del paciente.
En general, existen productos que a base de polvos para maquillar cejas, que dan buenos resultados cuando el problema es pequeño, pero que tienen el inconveniente de que hay que aplicarlos todos los días, retocarlos, evitar que se mojen… Si lo que queremos es recuperar las cejas, se puede emplear un estimulantes para cejas capaz regenerar más vello estimulando el folículo piloso en la zona. Son productos en forma de gel, fáciles de aplicar, incoloros y de larga duración.
En ocasiones el problema no reside en el grosor de las cejas, sino en su descolgamiento sobre el ojo. La flacidez hace que la piel del párpado superior descienda sobre el ojo. El tratamiento dependerá del grado de flacidez y del paciente en concreto. Puede ser suficiente la aplicación de botox para dar un efecto lifting a las cejas caídas. Si, por el contrario, la flacidez es mayor, se puede recurrir a la cirugía plástica, desde una blefaroplastia para retirar el exceso de piel en el párpado, hasta una cantoplastia o un lifting completo, siempre es posible ayudar a que las cejas mantengan la elevación que más favorezca al rostro.
Finalmente, un mensaje para ellos: sus cejas aumentan con los años, se hacen más pobladas y salen pelos más largos e hirsutos. Es conveniente aprender a arreglarlas y recortar lo que sobresale. Sin embargo, la naturalidad debe ser la norma; si hay que elegir, preferimos a un risueño Groucho Marx que a los metrosexuales de los realities televisivos.