La celulitis, técnicamente paniculopatía edemato-fibro-esclerosante, produce alteraciones biológicas, fisiopatológicas y estructurales de los tejidos, modificando los contornos corporales y la superficie afectada, conocida como “piel de naranja”.
Pueden reconocerse 4 tipos de celulitis:

Edematosa: presenta una gran congestión flebolinfática. Es más frecuente en jóvenes y adolescentes, el síntoma de la “piel de naranja” se ve desde un principio.
Flácida: se presenta en pacientes sedentarias con poco tono muscular, lo que produce deformaciones a la mínima presión y la “piel de naranja” se observa a simple vista.
Fibrosa: cuando persiste la extravasación de líquidos, los fluidos se van condensando y aparece la fibrosis de los tabiques del tejido adiposo.
Compacta o dura: en estos casos el tejido es firme y bien tonificado. La “piel de naranja” se advierte sólo al pellizcamiento. Por lo general se presenta en pacientes obesas o con adiposidad localizada con la presencia o no de nódulos.