Según estudios científicos, pesarnos periódicamente puede condicionar nuestros hábitos de tal manera que nos motive a lograr nuestro objetivo.
Casi todos los pacientes en tratamiento de pérdida de peso con Método PnK / PronoKal, nos preguntan en algún momento del tratamiento: ¿con qué frecuencia debo pesarme para perder o mantener mi peso?. La respuesta más simple sería: tantas veces como hacerlo resulte motivador, sabiendo observar la tendencia a largo plazo.
Tenemos que ser conscientes de que el peso de una persona puede tener variaciones a lo largo del día de cerca de 1 kg y que no obedecen a variaciones del porcentaje de masa magra o grasa corporal. Además, también existen ciclos de aumento y disminución de peso, típicamente semanales, con subida durante el fin de semana y pérdida entre el lunes y el viernes, así como ciclos mensuales relacionados con los ciclos hormonales, en la mujer.
Diversos estudios que analizaron la evolución del peso en personas sujetas a un programa de cambio de hábitos dietéticos y de vida, mostraban una coincidencia entre aquellas que se pesaban al menos una vez al día y mejores resultados en su propósito. En estos casos hablamos de «retención de líquidos» fisiológica.
La lectura que podemos dar a este tipo de estudios es que la probabilidad de que alguien que está comprometido con un objetivo de cambio de estilo de vida y pérdida de peso se suba más veces a la báscula, constatando que su esfuerzo ha merecido la pena, es mayor que lo contrario (si no hago bien la dieta, no quiero que la báscula me «castigue»).
Hay un mecanismo de refuerzo positivo: cumplir con la dieta y, como premio, constatar la pérdida de peso en la báscula.
Además, estos estudios relacionan el hecho de que las personas que se pesan a diario tras haber adelgazado de forma importante muestran menor probabilidad de engordar con el paso del tiempo, por el mismo mecanismo de refuerzo positivo al esfuerzo de mantenimiento.
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