Nuestra preciosa gata persa blanca, NATA, ha parido. Su corta gestación ha dado sus frutos, y después de verla paseando su oronda tripota, nos trajo al mundo cuatro preciosos cachorritos, de todos los colores.
Dos, como ella, blancos impolutos.
Uno, como el padre, rojo.
Y uno más, negro, que no sabemos muy bién de dónde ha salido.
Todos ellos ya tienen familias para ser adoptados, nosotros nos quedaremos con la blanquita como ella.
Tras el feliz suceso, NATA se muestra orgullosa y pone cara de importante, rodeada de su camada.
Se pasa el día dándoles de mamar y lamiéndolos.
Es toda una madraza, nuestra gata NATA.