Han sido 50 instantes, 50 experiencias inolvidables y 50 personas muy muy queridas.
Ha sido la fiesta de cumpleaños más increíble, por el calor del cariño con que la habéis preparado hasta el último detalle, por el esfuerzo de todos los que han venido, desde muy cerca o desde muchos cientos de kilómetros.
Todo ello, reunido por sorpresa en una sala del Meliá Bilbao, cuyas paredes estuvieron a punto de derrumbarse por la presión de los buenos sentimientos, la alegría y las emociones que tuvieron que contener la noche del pasado sábado. Toda una explosión de sentimientos, de cercanía, de generosidad…
Sin darnos cuenta, la vida va pasando y los años van sucediéndose. Llegar a los Cincuenta no me hace especial ilusión, pero tengo que reconocer que con vuestra presencia, el «trago» no ha podido ser más dulce.

Gracias familia, mis amores más queridos. Mi ilusión, mi razón y mi motor.
Gracias amigas, que me conocéis y sabéis que soy tal como me conocéis.
Gracias compañeros, colegas, gracias.
Un abrazo a todos, y un beso a cada uno.
De veras que por vosotros, y con vosotros, es maravilloso cumplir años.
Aunque sean 50.
El truco esta, a partir de ahora, en procurar no cumplir ni uno más.
(Guardadme el secreto).