En los últimos años, el oxígeno se ha hecho un hueco entre los tratamientos médico-estéticos, convertido en un complemento del botox o la mesoterapia para el cuidado de la piel, ya que se trata de un tratamiento no invasivo y totalmente indoloro.
La oxigenoterapia es útil para tratar diferentes problemas estéticos que van desde pieles secas o grasas, maduras o cansadas. Este amplio abanico se justifica porque el oxígeno aporta hidratación, favorece la microcirculación, aumenta la producción de colágeno, ayuda a reducir el tamaño de los poros y regula la secreción sebácea.

Beneficios de la oxigenoterapia
El uso del oxígeno persigue precisamente mejorar el aspecto, hidratación y tersura de la piel. No es el único beneficio de este tratamiento, además es capaz de:
- Aumentar el metabolismo de la piel y el tejido profundo.
- Mejorar la firmeza de la piel (reducción de arrugas y flacidez cutánea), gracias a que estimula la producción de colágeno.
- Ayuda a reducir los poros y aporta humedad. Resulta útil en el tratamiento del acné.
- Tener un efecto relajante.